lunes, 5 de marzo de 2007

Ni ritmos bucólicos en salones familiares

Eloísa llega al ensayo una media hora antes de lo previsto. W. se está bañando, cuando sale de la ducha toman café en una taza demasiado grande mientras esperan a O.
O. es todo risas, no deja de mostrar sus blancos dientes un solo instante. Cae bien, nunca estudió teatro. O. adora a la Pachamama.
Eloísa parte con W. hacia el teatro a encontrase con la dueña y preparar unas gacetillas para un próximo evento nacional. Eloísa comenta que debe irse pronto si quiere llegar a tiempo a la lectura. Eloísa suspende lectura.
A la reunión se suma un director joven. Director joven le hace sonrisas y miradas cómplices a Eloísa cuando llega chico lindo. Chico lindo cuando saluda le acaricia la nuca.
La reunión se transforma en un cuereo extremo hacia otros directores y obras que Eloísa conoce. Su papel, ahora, es el de escucha. Prefiere escuchar, o mejor hacerse la que escucha, ya que detesta este tipos de conversaciones regadas de pizza, cerveza y locura. Abre la boca, dice lo que opina sobre lo que se está debatiendo.
Es muy tarde, llueve, y Eloísa decide regresar a su cama. No acepta plata para un taxi, prefiere caminar y tomarse el colectivo. Por suerte logra sentarse, está empapada y tiene frío, con el dedo índice desempaña el vidrio a la altura de sus ojos. El desempañado dura poco y el vidrio no la deja ver la ciudad. Sube una chica con zapatos rosas en sus manos, en sus pies ojotas. La chica se sienta cruzando el pasillo y Eloísa la observa. La chica abre su cartera blanca y radiante, agarra del suelo sus zapatos rosas, de taco, empapados, embarrados, y los mete en la cartera.
Eloísa sonríe y piensa en el largo día que pasó. Le gusta el día que pasó. También piensa en zapatos rosas, de taco, empapados, embarrados dentro de una cartera blanca y radiante.

2 comentarios:

Martín H dijo...

se acaban las vacaciones!!! ahhhhhhhhhhhhh!

saludos
m

Jaramillion dijo...

Eloísa bien podría convertirse en la musa de alguien.